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¿MIEDO A LAS AGUJAS? 


La mayoría de nosotros le tenemos un poco de pánico a las inyecciones, ¿a que sí? Quizás la solución a tu fobia esté más cerca de lo que imaginas ¿Quieres descubrirla? 



En algunas ocasiones, los pinchacitos son un poco dolorosos aunque necesarios, ya que las pastillas no son el método más eficiente. 
Con una inyección intravenosa, el medicamento llega más rápido al torrente sanguíneo. 
Además, algunos fármacos como la insulina no podrían administrarse por vía oral, ya que ésta consiste en una proteína que empezaría a ser digerida antes de que pudiera absorberse. 


¿Y si fusionamos las dos técnicas?
¿La solución sería tragarse una aguja?



¡No te asustes, el método no sería tan desagradable!

La propuesta del MIT y el Hospital General de Massachusetts es mucho más amena. 
En realidad, a simple vista no habría ninguna diferencia. 
Esta nueva píldora tendría el mismo aspecto que un comprimido normal y corriente, la única diferencia está en el interior.

Consta de 2 elementos principales: un depósito en el que se encuentra el medicamento y una envoltura con un pH específico, lo cual le permite llegar intacta al estómago donde comienza su disolución al reaccionar con los jugos gástricos debido al carácter ácido de éstos. 
Ésta cubierta protege el sistema de microagujas y posibilita una fácil ingestión.

Así, la cápsula viaja a través del estómago y accede al intestino, donde a través de movimientos peristálticos intestinales se comprime el depósito que contiene el fármaco, expulsando la sustancia a través de las microagujas una vez ya expuestas penetrando en el revestimiento del tracto gastrointestinal.
¡El paciente ni se entera! El tejido no percibe el dolor y la cápsula puede viajar por él sin peligro de atascos. 

El procedimiento fue presentado en el Journal of Pharmaceutical Sciences, donde se presentan resultados de unas pruebas que estudiaron en un cerdo, con la aprobación previa de un protocolo elaborado con principios éticos de experimentación animal. 




Existen 2 alternativas:



La primera alternativa y la que se ha llevado a cabo hasta ahora se basa en hacer uso de cápsulas con agujas huecas de 1-5 mm de acero inoxidable. 
En este caso, el fármaco es inyectado a través de las agujas al penetrar en el tejido.

Y te preguntarás... ¿cómo las expulsaríamos?

En el modelo experimental del cerdo se ha demostrado que las microagujas pasan por el intestino sin daño alguno y son excretadas sin problemas.
Sin embargo, se ha investigado acerca de una
segunda alternativa, la cual no se ha probado aún y consistiría en elaborar agujas de materiales biodegradables o azúcares. 
De esta forma se desprenderían de la cápsula y se alojarían en el tejido, hasta que finalmente se degradarían una vez liberado el medicamento que contienen en su interior.

El uso de la cápsula con microagujas en el tracto gastrointestinal presenta una oportunidad única que permite suministrar medicamentos como la insulina por vía oral, lo que normalmente sería imposible y estaría limitada a ser suministrada mediante el método tradicional. 
Esta idea podría simplificar el proceso de medicarse para miles de personas y se espera perfeccionar para que se encuentre disponible en un futuro cercano.
No obstante, el uso de inyecciones es muy difícil sustituirlo en su totalidad, ya que en caso de urgencia, se requiere una acción más rápida del fármaco. 


Autora: Natalia Celaya Rojas

Bibliografía:

  • Mignani S, Kazzouli El S, Bousmina M, Majoral J-P. 2013. Expand classical drug administration ways by emerging routes using dendrimer drug delivery systems: A concise overview. Adv Drug Deliv Rev 65(10):1316–1330.
  • Borner MM, Schoffski P, de Wit R, Caponigro F, Comella G, Sulkes A, Greim G, Peters GJ, van der Born K, Wanders J, de Boer RF, Martin C, Fumoleau P. 2002. Patient preference and pharmacokinetics of oral modulated UFT versus intravenous fluorouracil and leucovorin: A randomised crossover trial in advanced colorectal cancer. Eur J Cancer 38(3):349–358.

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