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MICROORGANISMOS DEL CUERPO HUMANO




Desde el nacimiento, el cuerpo humano se encuentra en constante exposición a los microorganismos del ambiente, así algunos de ellos colonizarán nuestra superficie o nuestro interior.
El conjunto de tales microorganismos es lo que denominamos microbiota.
Esta microbiota ha desarrollado una relación simbiótica con los mamíferos, ya que a cambio de un hábitat favorable, contribuyen en la salud y bienestar de su hospedador.



MICROBIOTA DE LA PIEL

La piel es un órgano muy variable en composición química y humedad, por lo que consta de distintos microambientes característicos, cada uno con una microbiota exclusiva.

- Corynebacterium
 
Se encuentran especialmente en la zona axilar.
Se multiplican rápidamente nutriéndose gracias a la degradación varios precursores que se encuentran en el sudor que producen las glándulas apocrinas.
Así dan lugar al característico olor de axilas debido a productos volátiles (desechos) como el ácido 3-metil-3-hexenoico.

- Staphylococcus

Estas bacterias viven de manera natural alrededor de la nariz, la boca, los genitales y el ano.
Producen coagulasa, una proteína que participa en la conversión fibrinógeno->fibrina, permitiendo la coagulación de la sangre.
Como la mayoría de las bacterias que tienen propiedades beneficiosas para el humano hospedador, pueden sin embargo provocar infecciones en el caso de que se perfore o se dañe la piel.
Esta propiedad en concreto (producción de coagulasa) puede hacer que la bacteria tenga un factor de virulencia mayor al permitir revestirla para resistir a la fagocitosis necesaria para frenar la infección. 

- Propionilbacterium acnes
 
Se le conoce por intervenir en la infección dérmica conocida como acné.
Se alimenta de los ácidos grasos del sebo secretado por los poros de las glándulas sebáceas.
Su genoma ha sido secuenciado, poniendo de manifiesto varios genes que podrían generar enzimas degradantes de la piel así como proteínas inmunogénicas (activan el sistema inmune).

- Malassezia

Además de las bacterias, hay otro tipo microorganismos que habitan en el cuerpo humano como es el caso de los hongos. 
Este género es el causante de la caspa y de una enfermedad infecciosa y no contagiosa llamada Pitiriasis versicolor: este hongo filtra los rayos del sol y evita que se produzca un bronceado normal de la piel, de tal manera que la lesión se ve de un color más claro que el resto de piel.


MICROBIOTA BUCAL

La mayoría de las especies son comensales, pero pueden volverse patogénicas en respuesta a cambios en el medio ambiente de la cavidad bucal, provocando importantes infecciones.
Una forma de mantener un equilibrio ecológico en la cavidad oral es la interacción entre especies de microorganismos:

Interacción entre Veillonella párvula y Streptococcus

Streptococcus tiene un papel imprescindible en la prevención de infecciones de patógenos en la mucosa oral, aunque también es uno de los agentes más importantes implicados en la caries dental.
Además, cuando estos microorganismos acceden al torrente sanguíneo, las personas con válvulas cardíacas alteradas o pacientes con cáncer presentan un riesgo elevado de infección grave que puede comprometer la vida.
Producen ácidos orgánicos como el lactato, el cual utiliza la especie Vaillonella párvula para su propio metabolismo, una bacteria que no se considera patogénica pero que se ha relacionado con meningitis.
El papel más importante de esta interacción es la formación de biopelículas en la placa dental, evitando que otros patógenos puedan colonizar la zona e infectarla. 
El "contra" de esta estrategia: es la biopelícula más resistente a los antimicrobianos, por lo tanto otros microorganismos pueden utilizarlo a modo de "escudo protector", como es el caso de las bacterias responsables de la periodontitis. 



MICROBIOTA DEL TUBO DIGESTIVO
  • Microbiota del estómago: Helicobacter pylori

Produce adhesinas para fijarse a la mucosa gástrica.
Además, fabrica un enzima llamada ureasa que transforma urea = amoniaco + CO2.Este amoniaco va a neutralizar parcialmente la acidez gástrica, pero si se produce en exceso, va a maltratar a la superficie de las células que recubren el estómago y pueden llegar a provocar úlceras.

  • Microbiota del intestino: Escherichia coli

En esta zona, el pH va aumentando y proporciona un hábitat más favorable para más tipos de microorganismos en comparación con el estómago. 
Esta bacteria agota el oxígeno presente en el intestino para evitar infecciones por otros patógenos, además de ser necesaria para el funcionamiento correcto del proceso digestivo y producir vitaminas B y K o realizar fermentaciones de glucosa o lactosa.
Por desgracia a su vez, es de los patógenos más relevantes del humano, tanto en infecciones gastrointestinales como de otros sistemas (urinario, sanguíneo, nervioso).


MICROBIOTA DE LAS VÍAS RESPIRATORIAS

Normalmente, las bacterias que entran a las vías respiratorias quedan atrapadas en la mucosidad y son expulsadas con las secreciones nasales o ingeridas.
No obstante, en todos los individuos, algunas de ellas colonizan la superficie de las mucosas respiratorias.
Ocasionalmente, algunos parásitos potenciales como Staphylococcus aureus entran en el organismo humano, pero gracias a la presencia de esta microbiota formada por otras especies de microorganismos, compiten por los recursos con ellos, quedando poblaciones en la zona aunque teniendo su actividad patogénica limitada.

MICROBIOTA DEL APARATO GENITOURINARIO

La vagina de la mujer es ligeramente ácida y contiene cantidades significativas de glicógeno.
Lactobacillus acidophilus fermenta ese glicógeno produciendo ácido láctico y manteniendo el ambiente ácido en la zona, impidiendo el crecimiento descontrolado de patógenos potenciales como E.coli.

CONCLUSIÓN

Como vemos, las bacterias que utilizan nuestro cuerpo como hábitat, a cambio tienen funciones clave en procesos de nuestro metabolismo o llegan a ser imprescindibles como barrera ante patógenos.
Sin embargo, tanto si crecen de manera descontrolada como si desaparecen, puede ocasionar graves problemas de salud.
Por ello es importante prevenir las infecciones que estos microorganismos pueden ocasionar en la medida de lo posible, así como evitar la toma antibióticos innecesaria, ya que un tratamiento hacia un patógeno diana inhibe además el crecimiento de nuestra microbiota, se destruye y no podría llevarse a cabo su función.
En el caso de que sea demasiado tarde, es posible acelerar el proceso de recolonización de la microbiota, sobre todo la del intestino, mediante la administración de probióticoscultivos vivos de bacterias intestinales, las cuales además puede desplazar a los patógenos por competencia de recursos y producir metabolitos microbianos beneficiosos.

Autora: Natalia Celaya Rojas


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